Por su largo y tortuoso trayecto desde la protuberancia hasta la hendidura esfenoidal, el VI nervio es vulnerable a muchas lesiones. Las causas más frecuentes, según la edad, son:
*Adultos (entre 40 y 50 años) es frecuente la causa vascular, dada por:
-Hipertensión arterial
-Diabetes
-Ateroesclerosis
*Adultos jóvenes: las paresias adquiridas aisladas del VI nervio son relativamente raras en adultos jóvenes. Entre ellas se encontraron en orden de frecuencia:
-Vasculopatías
-Indeterminada
-Tumores
-Esclerosis múltiple
-Trauma
*Niños: como mencionamos, la forma congénita es muy rara, hay que pensar en esotopia o síndrome de Duane. Dentro de las formas adquiridas, las principales causas son:
-Viral: existen algunos casos posteriores a un proceso febril inespecífico o inmunización (1 a 3 semanas después) que se deberían a un efecto neurotrópico del virus. Puede ser recurrente.
-Hipertensión endocraneana: puede ser uni o bilateral, es parcial y se asocia a edema de papila. Se resuelve al tratarse la hipertensión endocraneana.
-Tumoral (glioma de protuberancia): suele presentarse en forma insidiosa, acompañada de paresia del VII ipsilateral, trastornos en la marcha, cefaleas y vómitos.
Veamos algunas de ellas:
*Vascular:
-aneurisma de la carótida interna: puede lesionarlo en su trayecto dentro del seno cavernoso.
-Microvascular: diabetes (es una de las causas más frecuentes de paresia recto lateral aguda en adultos).
*Traumática: por el compromiso del peñasco.
* Hipertensión endocraneana: el tronco cerebral es desplazado hacia abajo y se produce el estiramiento del VI nervio, que es lesionado en el canal de Dorelo por el ligamento petroclinoideo.