1. En una sala
con baja iluminación solicite al paciente que fije la mirada
sobre un punto a la distancia. Ilumine con luz brillante ( de
linterna o similar) de idéntica manera a la usada en el test
de reflejo a la luz. Observe la contracción pupilar en ambos
ojos.
2. Mueva el
rayo de luz inmediata y rápidamente sobre el puente nasal del
paciente hacia el ojo izquierdo, evaluando la respuesta pupilar en
ese ojo. Tenga cuidado de iluminar ambas pupilas en igual
ángulo. Normalmente la pupila va a permanecer de igual
tamaño o contraerse levemente. Si la pupila se dilata cuando
se la ilumina directamente ( el reflejo fotomotor es más
débil que el consensual), estamos ante un defecto pupilar
aferente relativo, el cual generalmente indica alteración del
nervio óptico o daño severo de la
retina.
3.
Rápidamente cambie la luz de nuevo hacia el ojo derecho para
evaluar su respuesta. Una respuesta normal es, nuevamente, una leve
contracción o ausencia de la misma. Una neta constricción
o dilatación pupilar es anormal.
4. Repita los
pasos 1 – 3 rítmicamente, utilizando iguales intervalos
de tiempo al iluminar cada pupila, hasta que se aclare si la
respuesta es normal o si una pupila se dilata
completamente.
5. Registre el
defecto pupilar relativo aferente (DPRA) desde 1+ a 4+. 1+ indica
leve DPAR y 4+ indica pupila amaurótica, un defecto
severo en el cual el ojo afectado no muestra respuesta a la
iluminación directa.