Manual de Oftalmología

22 4.1.2 Retinopatía Diabética preproliferativa y proliferativa Los datos oftalmoscópicos incluyen congestión y alteraciones venosas, exudados algodonosos, anormalidades arteriolares y trastornos de la circulación intrarretiniana. Exudado algodonosos. Se observan como pequeñas lesiones blancas a nivel de la retina superficial, pero no son exudados sino microinfartos retinianos; por ello, en la actualidad se conocen como seudoexudados. Estos microinfartos aparecen adyacentes a las áreas de cierre capilar (zona de retina no perfundida). Anormalidades arteriolares. Se pueden manifestar como líneas blancas y opacas en el fondo del ojo y que sugieren oclusiones completas de ramas arteriolares comprobables mediante estudios con medio de contraste (fluoroangiografía retiniana). Retinopatía diabética proliferativa. En estos últimos, los cambios capilares son más graves, las anormalidades de la microcirculación se observan adyacentes a áreas de cierre capilar o de ausencia de perfusión retiniana y producen circulación colateral intrarretiniana tanto en la retina superficial como en la retina profunda, estas formas proliferativas de retinopatía obligan a revisiones cuatrimestrales. 4.1.2 Retinopatía Diabética proliferativa con tracción La fase proliferativa de la retinopatía diabética es una respuesta vascular a un ambiente retiniano hipoxico. La neovascularización retiniana. Es una de las lesiones más graves de la retinopatía diabética proliferativa y aparece como consecuencia de la hipoxia retiniana por liberación de una sustancia vasoproliferativa o factor de angiogénesis; por lo general aparecen en el polo posterior del ojo, sobre la superficie posterior del vítreo, fenómeno que explica el porqué de las hemorragias vítreas cuando el vítreo se contrae. Tal proliferación produce desde tracción tangencial con distorsión de la macula hasta desprendimiento de la misma con cambios estructurales secundarios que hacen aún más malo el pronóstico visual.

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